Como docentes perseguimos que nuestro alumnado sea autónomo, creativo a la hora de resolver tareas y problemas, que sean analíticos y críticos, que comuniquen eficientemente y que sean capaces de trabajar en equipo.
¿Cómo vamos a conseguir esto si ocupamos la mayor parte de nuestras clases solo exponiendo conceptos y luego dando instrucciones concretas de cómo exactamente queremos que hagan las cosas?
¿Dónde queda espacio para la creatividad?
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